Cinema Recensioni: Hacia Rutas Salvajes...
Suele decirse que cuando uno viaja consigo mismo y busca algo que realmente le gusta, luche por ello.
Sin embargo luchar por algo puede significar dejarlo todo atrás, escapar de las ataduras y vivir la vida que siempre quisite tener, sobrepasar límites sobrehumanos para perseguir un sueño, para encontrar una respuesta a todas esas preguntas que un día te has hecho, para solucionar algo del pasado, para cerrar una brecha de dolor, cerrar puertas y abrir muchas otras.
El problema es que cuando te dispones a vivir sólo lo que te resta de vida, puedes llegar a la conclusión de que la soledad no es la ausencia de gente, sino el encontrarse a uno mismo vagando sin rumbo incluso rodeado de millones de personas.
Alex recorre el mundo escapando de todo aquello que lo ha atado durante años a una vida que nunca quiso: escapar de la sociedad es complicado, y más en un mundo globalizado como el de hoy en día.
Su viaje hacia la soledad para encontrar su verdad absoluta lo conduce, sin embargo -y finalmente descubrirá la verdad, pero no es la que se imagina- a una serie de recortes de su propia vida: devaneos con la familia, los amigos, el trabajo, el amor e incluso la vejez, fragmentos de vidas que le mostrarán muchas más cosas de las que se hubiera imaginado pero que no parecen decir nada hasta los últimos momentos en pantalla del personaje. Un calvario fílmico, agónico y desolador.
Es quizá en esos momentos cuando todo lo que uno lleva pensando desde que empezó a codearse con este libertador aparece por fín.
Ese último primer plano de William Hurt, bestial, no hace más que corroborar una teoría sobre la familia, sobre los sentimientos en general. Y para más inri, Alex descansa sobre un colchón llegando a la misma conclusión, con una mirada que muestra el dolor en su estado más avanzado.
Es en ese momento cuando cada uno de los personajes se da cuenta de su propio fallo en esta vida, y de lo mucho que le gustaría remediarlo. Por desgracia, el daño ya está hecho y no hay nada que hacer, hay que afrontar una realidad que no es del gusto de todos, pero es lo que nos ha tocado vivir.
¿De qué sirve entonces luchar contra algo tan innato como los sentimientos? Hay veces que tenemos multitud de oportunidades de decir lo que sentimos, pero parece que no somos capaces de hacerlo salir, y cuando nos decidimos a ello por desgracia ya es demasiado tarde.
¿Y el peso de esa culpa? ¿Qué supone para cada uno?
No es casualidad que el último capítulo de la película titulado "La Adquisición de la Sabiduría" tenga ese final, ni que tenga como protagonista a un hombre que anhela una familia: la verdad absoluta es y será siempre la familia, los amigos y toda esa gente que te rodea, que te quiere y que se preocupa por ti.
Como dice el protagonista parafraseando a Tolstoi, cuando encuentra la verdad absoluta: la felicidad lo es cuando se comparte.
Lo mejor: la dirección de Sean Penn, dura y firme, la fotografía, la música, la historia y todos los actores.
Lo peor: es una película contemplativa, o te metes en la historia de lleno desde el principio o lo vas a pasar realmente mal. Siente que eres esa persona que busca el sentido de su existencia y déjate sorprender por los mismos errores que cometerías, al igual que el protagonista.
1 Comments:
Ese preestreno!! Veeeeenga, fiscalea mucho para luego salir por ahi! o es que te olvidaste de las fotos? jajaja!
"La felicidad solo es real cuando se comparte"
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