Reportaje: Lynch y Laura Dern...
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Así de espectacular nos aparece Laura Dern de entre las sombras en la enigmática obra maestra que es Terciopelo Azul (1986). Primero todo el fondo negro, luego la voz de una mujer, las música aumenta y finalmente vemos aparecer a la chica de la película, dispuesta a descubrir tanto un misterioso hecho, como el significado entero de su propia vida. En contraposición a Isabella Rosellini en dicha película, Laura Dern aparece siendo quizá menos enigmática que la cantante de Blue Velvet, sonido que se repite a lo largo de la cinta como intentando decir algo que no alcanzamos a comprender. Menos enigmática en un principio, pero dispuesta a dar mucho juego, así se presenta Laura Dern en su pérdida de virginidad con las perversiones de David Lynch.
La primera película de Laura Dern con David Lynch (que yo sepa, corregirme si no es así) sigue la historia de un chico empeñado en descubrir a quién pertenece una oreja humana que acaba de descubrir en un descampado cerca de donde vive. El chico en cuestión Jeffrey Beaumont -Kyle MacLachlan, el actor fetiche de Lynch con el que haría la serie Twin Peaks- recoge la oreja en una bolsa de papel y la lleva a la comisaría de policía, donde el detective Williams -George Dickerson, que para mi en principio trata con bastante condescendencia al chico-, vecino y amigo de los Beaumont, le atiende. Y como Jeffrey es bastante perspicaz y le va mucho lo de ser como un policia, comienza a investigar el suceso por su cuenta junto a Laura Dern, dando vida a esta maravillosa película de culto que se ha convertido ya en un clásico.
Es increíble como muchos directores tratan a duras penas de conseguir situaciones, planos, músicas, escenas y situaciones perversas, y en cambio Lynch parece conseguirlas con total naturalidad.
A destacar cada una de las escenas con Isabella Rosellini, una actriz que sólo con la mirada desprende más de una sensación, emociones que se contienen hasta el final de la cinta, así como el juego entre Laura Dern y Kyle MacLachlan, el misterio, la oreja, la música, la fotografía, las perversiones propias...
En Corazón Salvaje (1990), segunda incursión con el director y el todavía menos comercial Nicolas Cage, Lynch consigue con este Road Movie diversidad de opiniones, dividiendo a la crítica y al público con una película menor del director, con más de una cutrez y dejando la razón en pos de la emoción, algo que suele ser factible en el cine de Lynch, sino estás bastante perdido.
He llegado incluso a escuchar que la podría haber rodado perfectamente Pedro Almodovar, algo que para mí es bastante hiperbólico, pero como digo ha habido diversidad de opiniones frente a la Sailor, su permiso carcelario y el reencuentro con Lula, su escapada por California, la madre que no quiere al delincuente y el mafioso que entra también en acción por vía materna.
En esta ocasión Laura Dern aparece un poco más provocativa que en Terciopelo Azul, mucho más purista en primera instancia. Lógicamente estamos ante una Road Movie que requiere de los actores más de un argumento tópico del género.
En cualquier caso, Laura Dern sigue dándole mil vueltas a Nicolas Cage en la película.
No es una obra maestra, pero tiene destellos de buen cine.
Es Lynch, podrá ser bueno o malo, pero nunca os dejará indiferente.
Y por último estamos ante la última obra de David Lynch, Inland Empire, que casualmente es la última película de Lynch con Laura Dern, 20 años después de Terciopelo Azul, su primera película juntos.
Una mujer que protagoniza un film maldito y que parece destinada a flirtear con su compañero de reparto, estando casada... ese es el punto de partida de la película.
En Carretera Perdida y Mulholland Drive Lynch ya nos lanzó más de una pista de que algún día veríamos de alguna forma la historia de Inland Empire, de hecho se puede decir que es una especie de colofón a una trilogía no oficial con ésta última como final.
Lynch da forma a las perversiones, a las pesadillas y a las sensaciones cual Demiurgo para convertirlas en imágenes en movimiento, con un punto álgido en el que el todo converge: Laura
Dern, de nuevo la gran estrella del director, por fin.
No sé que habría sido de la película con otra actriz a la cabeza.
Tratar de explicar esta película es como sacar todo el jugo de Donnie Darko, de Richard Kelly (o cintas análogas en cuanto a imposibilidad de resumir todo lo que pueden significar), algo que se me antoja bastante imposible.
Laura Dern no es más que la personificación de cuatro mujeres: Nikki, la mujer que se tienta a lanzar los tejos a su compañero de reparto antes incluso de que empiecen a rodar; Sussie, la mujer que Nikki interpreta en la otra película y que engaña a su marido con Billy (Justin Theroux); Alguien anónimo interpretado por Laura Dern y que cuenta a un personaje diferente la historia de su vida, y finalmente la mujer de Polonia que desde el principio de la cinta ve todo lo ocurrido a través de la televisión, todo el tiempo llorando ante el drama de la vida mientras Laura Dern le ofrece la posibilidad de vivir todo eso, de vivir en definitiva, el cine.
Lo que une a todas las mujeres (mundos) es el marido, interpretado siempre por el mismo personaje/actor pero en diferentes circunstancias que van desde el que pega y maltrata hasta el que acepta un hijo ilegítimo. El personaje de Nikki parece ir buscando entre todas esas posibilidades la ideal para la mujer polaca hasta que la encuentra, por lo que atravesará el pasillo que une los mundos para aparecerse frente a la mujer y darle la oportunidad de tener esa vida. Fantástico final, si es que esa es la interpretación, porque siendo un poco menos rebuscado podría encontrar parecidos con el fantástico libro de Ray Bradbury "Matemos Todos a Constance", en el que una mujer llegará demasiado lejos para poder conseguir un papel. En Inland Empire podríamos cambiar un poco la frase y decir "una mujer que llegará demasiado lejos al interpretar un papel".
Pero interpretaciones aparte...
Sumérgete en sus mundos paralelos, vigila al paradigmático sitcom de los conejos (me encantó), observa los números musicales de las prostitutas, llora junto a Laura Dern en ese plano en el que en sus ojos se deposita todo el drama del universo; sigue a Lynch por los rincones oscuros de nuestros pensamientos, por las miradas y por los personajes que pueblan un mundo diferente; observa a la vecina con la cara deformada por el plano que se acerca sigilosa cual cuervo y habla a la Dern en clave como si fuese el pájaro de mal agüero que va a soltar el mal y los sentimientos de escalofrío y suspense que rodean toda la película...
Vívela y en última instancia trata de comprerla... pero eso ya no importa, terminada la cinta la fascinación es tal que sólo deseas meterte de nuevo en este enorme universo que es la mente de David Lynch, el ultimo héroe de la función.
Con esta película David Lynch se desligó finalemente del público que nunca le comprendió.
Otros descubrieron un director capaz de mostrarles cosas que nadie les había enseñado antes.
Crea y destruye, así es Lynch.
Espero que pronto veamos a estos dos grandes del cine de vuelta, en otra película juntos.
Nos quejamos de Lynch, Aronofsky, Shyamalan y otros directores extraños que pueblan el celuloide, pero su genialidad no es más que esa, ser extraños en un mundo completamente predecible.
1 Comments:
Laura Dern... es escuchar su nombre y me viene a la cabeza su escena con el triceratops de Jurassic park. Ay... grandes tiempos...
Lynch es un genio, igual que Shyamalan, Bowl o Spielberg.
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