Cinema Recensioni (DVD): Brick...
Brendan Frye (Joseph Gordon-Levitt), es un tranquilo estudiante del sur de California que suele mantenerse al márgen de lo que ocurre a su alrededor, hasta que un día su ex-novia Emily (Emile de Ravin, de la serie Perdidos) lo llama y le dice que tiene miedo, que está en problemas... para terminar por desaparecer sin dejar rastro.
Los sentimientos de Brendan por Emily aún son profundos, así que con la ayuda de la única persona en la que puede confiar, un inteligente Brain (Matt O'Leary) descubrirá los oscuros secretos de los alunmos del instituto en una inteligente demostración de cómo colisionar con mundos tan extraños pero interesantes como los de Laura (Nora Zehetner -Eden en Héroes-), el matón pero a la vez carismático Tugger (Noah Fleiss), el yonqui-perdido Dode (Noah Segan), la sensual Kara (Meagan Good) y el siniestro y enigmático The Pin (Lukas Haas).
Al igual que en esa obra maestra que es "Muerte entre las Flores"que supuso el revival del género de cine negro en 1990, Brick -considerada ya como película de culto- comienza introduciéndonos de manera rápida y "liosa" en un sinfín de personajes, de extraños sucesos y de poderosas premisas... finalmente todo cuadra y te quedas bastante sorprendido en general.
Es normal pensar que dos cosas como "adolescentes" y "cine negro" en la misma historia es un poco raro... esos dos términos son tan dispares que parecen no cuadrar en una película.
Más allá de todo eso, Brick es una estilización muy coherente del film noir, una historia en la que podemos ver sus propias reglas y donde desde el principio el director nos expone su juego, nos muestra sus cartas... si estás dispuesto a seguir la partida hasta el final, la disfrutarás.
No cabe duda de que hay personajes mil veces vistos: el jefe de la mafia por así decirlo, en este caso The Pin; el matón Tug; la femme fatale, el héroes, la chica, el cerebrito que ayuda, el perdido en el cotarro, la vendida... sin embargo la originalidad de la propuesta va más allá de eso, pues los personajes están completamente definidos de una manera poco convencional en este tipo de películas: The Pin, el jefe de la mafia, no es el típico chulo makoy: va más allá del tópico, su perfil es de persona seria que te clava la mirada, ese tipo de mirada en la que puedes descifrar todo lo que te quiere decir sin que abra la boca, con su gabardina y su bastón, su voz maniquea y su omnipresencia llenan cada uno de sus planos; Tug, el matón que termina siendo un alma en pena al servicio de otro estatus, sus apariciones están entre lo cómico y lo carismático, regalándonos uno de los mejores personajes de la película; Brendan, el sufrido antihéroe que se mueve con decisión, frialdad e inteligencia para llegar al fondo del cotarro aunque le cueste varios dientes; Laura, la chica rica que toca el piano (gran escena) y que nunca sabes de que lado está. Parece una mosquita muerta pero pronto te das cuenta de que sus aspiraciones son a reina de la colmena; Brain, El Cerebro, con sus gafas de pasta y su peinado punk, sus elucubraciones y diálogos te tienen en tensión mientras maneja un cubo de Rubik; la chica, por la que todo vale, una mezcla de sentimientos encontrados y pérdida de personalidad; la sensual Kara, otra de la que tampoco te puedes fiar y que tendrá importancia en el final de un personaje. Y para terminar, Dode, el hombre engañado que está siempre bajo los efectos de los narcóticos y cuyo final es realmente triste. Toda esta gama de personajes no es más que el aperitivo de una película cargada de sorpresas.
En el plano formal Brick goza de una excelente realización: la fotografía es muy buena y en ella Steve Yedlin juega con los contraluces, le encanta poner el sol detrás de los personajes y que estos queden entre la sombra o que por su espalda aparezca un aurea de luminosidad muy interesante, dejando escenas muy buenas formalmente como la de la playa entre The Pin y Brendan. Planos rápidos a modo de recuerdos, otros largos y fijos (ver a The Pin en ese tipo de plano es siempre perturbador), secuencias de persecución con cámara a ras de suelo...
Muy buena música, acorde con toda la película, nunca se desfasa, siempre actúa como un personaje más.
El guión me parece muy original, divertido, emotivo, muy negro... me gusta el hecho de que sus protagonistas hablen como Humphrey Bogart, con esas agudas contestaciones que dejan a dos velas al otro.
El trabajo de los actores me parece muy bueno, desde los más conocidos como Joseph Gordon-Levitt (Brendan) o Emile de Ravin (Emily) hasta los menos conocidos como el excelente Noah Fleiss (Tug).
En definitiva, Brick me parece una película imprescindible dentro de estas cintas independientes que tanto están sorprendiendo últimamente, con una exquisita realización formal, una gran apuesta de originalidad, muy bien interpretada y contada por su director Ryan Johnson que por cierto, es su opera prima.
Lo mejor: la historia, los personajes, el guión, la música, su puesta en escena...
Lo peor: ¿por qué la gente parece no tomarse en serio este tipo de producciones?
Y que sólo la hayan estrenado en Madrid y Barcelona y durante poco más de una semana (eso fue lo que me contaron).
La frase: "Déjame marchar y no te tortures, ahora pertenezco a otro mundo”.
Nota: Imprescindible.
El trailer: