Cinema Recensioni: El Velo Pintado...
Walter Fane (un ¿sorprendente? Edward Norton) es un especialista en bacteriología, un hombre de clase media que suspira por los huesos de la joven Kitty -y quién no- (Naomi Watts), con la que terminará por casarse precipitadamente.
Establecerán su hogar en Shangai, donde Kitty terminará por conocer y enamorarse de Charlie Townsend (Liev Schreiber, director de la maravillosa Todo Está Iluminado).
Cuando se casaron ámbos sabían que no habían cuajado del todo: él se había encaprichado de una joven de clase alta mimada que sólo deseaba darle con un canto en los dientes a su madre para dejar de llamarla inmadura, mientras que ella aceptó de forma precipitada, como era usual en los años 20.
Cuando Walter se entera del affair de su mujer cambia por completo de carácter, tratando de herirla lo máximo posible.
Como castigo, por decirlo de alguna forma, Walter partirá en ayuda hacia el centro de una epidemia de cólera en lo más profundo de China llevándose consigo a su mujer, evitando así que se vea con su amante. Será en este cruel lugar donde realmente descubran el verdadero significado de sus vidas.
Cada vez me cabrea más que haya películas completamente ignoradas en los Oscar.
Si bien me da un poco igual, pues la academia no marca los gustos sobre las películas, pero sí tiene cierto efecto de importancia que parece imprime en las películas o actores ganadores (este año han dejado de lado a Bobby, El Perfume, Hijos de los Hombres, El Velo Pintado... refrescarme la memoria... ¬¬).
Edward Norton nos ha regalado este año dos actuaciones de Oscar: El Velo Pintado y El Ilusionista (que no me entusiasmó, pero él está realmente bien). En la que me ocupa es un personaje herido y maltratado por la venganza pero que a la vez se siente culpable por sentirse así.
Otra que tal baila es la increiblemente versátil Naomi Watts, aliciente suficiente para mí para acercarme a ver la película.
La química entre los dos actores es realmente buena, más incluso que en los pasajes de Watts con Schreiber (que es su marido en la vida real si mal no recuerdo, manda!), que se reducen a 4 escenas si no recuerdo mal, aunque mi favorita es la última, la que cierra la cinta.
El carisma de los actores y su empeño por interpretar hacen que uno disfrute y se crea lo que está viendo.
Si a eso unimos un envoltorio exótico aunque enfermo, las posibilidades de la cinta aumentan.
Puede que peque de academicismos, con su excelente partitura musical -que no se llevó injustamente el Oscar- (atención a la escena del club en la que Norton conoce a Watts, sin diálogos en su principio, sólo secundada por la música mientras Norton vigila y sigue con su mirada a su futura esposa, o la música que abre la película, o en el paseo tirando al final en canoa), su fotografía de Oscar (sólo hay que ver algunas de las panorámicas exteriores, o simplemente el arranque del film, que ya vaticina una fotografía monumental), sus presumibles actuaciones dramáticas, o sus pretensiones a la hora de filmar.
¿Acaso es malo que una película peque de querer ser perfecta? En el caso de no lo consiga y resulte ser infumable, puede que sí. No es el caso.
Unos personajes que soportan un inteligente guión, de ese tipo de historias románticas de siempre, pero no romanticonas, sensibles, pero no sensibleras de goteo fácil.
El Velo Pintado es una vuelta al cine de amor más clásico, una oportunidad para vivir una historia de amor en tiempos de cólera.
Una película que nos hace ver que los personajes no son de cartón, ahonda en su psicología y en sus sentimientos: se equivocan y cometen errores, pero también son capaces de combatirlos.
Mención a los secundarios, que aportan su grano de arena en la película y no quedan como meras pinceladas sobre papel mojado.
No me decepcionó, y me alegro.
Lo mejor: Naomi Watts y Edward Norton, la música, la historia, el guión y la fotografía.
Lo peor: le han dado la espalda de manera increíble.
Nota:
Trailer de regalo (merece la pena verlo):